viernes, 5 de septiembre de 2025

Mini barquito de Melli y Zos

Como todavía queda un poquito de verano me apetece hablar de este pequeño bolso convertible en barco de los hermanitos de Chabel. 

Sabemos que los mellizos tenían todo un mundo para ellos. Daba lo mismo tierra, mar o aire que ellos se adaptaban a la perfección al juego.

Desde que salieron al mercado a Melli y Zos no les faltó de nada y, de haber conseguido Feber avanzar, durante los últimos tiempos de la marca se crearon diferentes sets de mellizos que llevaban algo de mini mobiliario y accesorios poco vistos hasta el momento y que podrían haber sido un éxito. 

Este set salió por primera vez en el catálogo de Chabel de 1991 y se comercializó en  distintos formatos;  caja de cartón y set transparente.

 
 
 
 
A este complemento le tengo especial afecto. Primero porque lo conservo desde mi niñez, me lo regalaron en navidades y lo he jugado mucho. Venía en un set con una pareja de mellizos vestidos con unos bañadores fucsia y turquesa y con un montón de accesorios para completar el juego. 
 
 
En segundo lugar, le tengo muchísimo cariño por la cantidad de veces que reparó mi abuelo paterno el timón que, al igual que la escalera de la caravana, eran piezas finas que se rompían con facilidad si las toqueteabas mucho y de vez en cuando se partían y requerían una pequeña reparación cariñosa de algún familiar. Recuerdo haber roto tantas veces una barra de la escalera de la Supervan que mi abuelo optó por introducir un alambre muy fino en el interior para hacer de sujeción con las dos piezas... aún sigue tal cual lo dejó él pegado.

Por suerte no le falta ninguna pieza. He conseguido conservarlo todo a excepción de la caja que con el tiempo se estropeó. El set también incluía calderos de playa, pala, rastrillo...
 
Algunas cajas demasiado han aguantado el paso de los años y todavía se pueden conseguir estos sets de particulares que los han conservado perfectamente. Las cajas que no se conservan demasiado bien son las de los sets de la caja transparente, tengo alguno y el plástico está en algunos casos que no se puede ni tocar porque se parte.  
 
La caja de la Supervan también la aguanté todo lo que pude durante muchos años pero al final terminó en el contenedor de lo reventada que estaba y la cambié por la de la primera torre de ordenador que tuvimos en casa. Hala, el juguete impoluto de tenerlo guardado en caja. La mentalidad de antes era muy distinta a la de ahora; no existía el capitalismo tal y como lo conocemos hoy en día que todo es consumismo así que si nos compraban o regalaban algo lo cuidábamos como si fuera un apéndice nuestro porque sabíamos que pocas veces íbamos a tener esa suerte. Así que no es de extrañar que por ahí se conserven, no solo juguetes, colecciones de objetos muy bien cuidados porque antes no existía eso de mañana compro otro. 
 
... Curioso como uno empieza a hablar de una cosa cosa y termina hablando de otra. El caso es que este juguete me trae muchos recuerdos de niñez, algunos borrosos y otros muy nítidos pero sobre todo aroma a verano y a algodón de azúcar. Supongo que a vosotros os pasará lo mismo o parecido.  
 
Disfrutad mucho del fin de semana que aún nos quedan días de verano.

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A Chabel de Feber