jueves, 1 de enero de 2015

Las doce uvas



Pocas cosas hay más características en la Navidad que el hecho de comerse las doce uvas de la suerte.... Por creencia o por costumbre raro es quién no come tan dulces frutos el primer día del año. Pero ¿de dónde viene esta costumbre navideña?... Ésta como otras tantas costumbres, la hemos seguido toda nuestra vida sin tener muy claro ni su origen, ni su porqué, pero si echamos una mirada atrás nos daremos cuenta de que su sentido es mucho más divertido del que imaginamos.


Las doce uvas "de la suerte" comenzaron a tomarse de manera masiva en España en la Nochevieja de 1909, debido a un excedente de la cosecha en Alicante. Sin embargo ya en el siglo XIX existía la costumbre entre los burgueses españoles de comer uvas y brindar con champagne para despedir el año. 


El revuelo era tan grande que al finalizar ese año de 1897 el escritor humorístico Luis Taboada escribía en el diario "El imparcial" todo un ritual sobre cómo era todo el proceso según las directrices de un nigromántico de Huesca que pasaba por Madrid. (…) lo primero es lavarlas, después se colocan en fila sobre una mesa, si la mesa tiene tapete de hule, mejor. Después se las va cogiendo de una en una, y sin quitarlas el rabito se comen todas a las vez inclinando el lado derecho. Con esta sencilla operación se consigue un año de felicidades (…).


Luego reconoce que hay otra versión en la que: "las uvas deben comerse de pie, una tras otra sin tomar respiración y que al tragar la última es preciso dar una vuelta de vals y después acostarse". Pese a todas estas piruetas, el satírico escritor reconoce que no hay mejor truco que comerlas en buena compañía, para no sufrir ninguna clase de sinsabores durante todo el año nuevo.

No se sabe si la costumbre de tomar las uvas fue un invento del diablo, pero en honor a la verdad tampoco se sabe cuál es su verdadero origen. La versión más aceptada es que todo se debió a una protesta ciudadana que queriendo satirizar a los adinerados políticos se presentaron en la Puerta del Sol a comerse las uvas. Sea cual fuere su origen, es una costumbre que está más que arraigada en nuestro folklore y tradiciones populares.

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