Adiós pequeña, adiós



Al calor del valle del juguete nacieron un sinfín de creadores que copaban la mitad de la producción del juguete español. Por entonces Barbie ya había nacido, llegando a España en 1978 con ansias de acaparar público. En la realidad era la hija de Mattel, y en la práctica era la muñeca más esbelta y deseada, con unas mediadas imposibles que le traerían unos cuantos problemas a finales de los noventa. Péro en España se adelantaron Nancy de Famosa y más tarde Chabel de Feber.

Todos los jugueteros jugaban a lo mismo , a crear un modelo y de repente todo un mundo de moda y complementos a su alrededor. En el universo de Feber nacerían además BabyFeber, Pocas Pecas, Estrella Sol y Luna, FeberBoys, ¿ os acordáis? Eran verdaderos contenedores de marcas.

Todo fue bien hasta que se abrieron la puertas de Europa, hacia fuera y hacia dentro. Fué entónces cuando Barbie destronó a Chabel y a Nancy. El otro gigante americano, Hasbro, decidió entrar a comprar empresas en España como si del monopoli se tratase.

A finales de los 80 ya se intuía que podía pasar y en los 90 y en el 2000 de ha confirmado: China es el lugar más barato para producir y es en el juguete dónde se estrenó como fuerte competidor. Era necesario no sólo poner una pata en Asia, sino tener una marca sólida a nivel europeo porque el negocio había cambiado.
Por un lado los videojuegos les raptaron a los niños de 6 a 12 años y, por otro lado, la ficción se apoderó de la realidad, los personajes de películas y dibujos, convertidos en plástico eran el objeto del deseo de un sector dónde las modas influyen casi tanto como en las pasarelas. Por eso para lograr las mejores licencias era necesaria la implantación más amplia. Y, además, en apenas dos décadas se pasó de la venta de miles de bazares a un puñado de grandes cadenas de distribución y de multitud de fabricantes al dominio de los grandes: Mattel y Hasbro desde EEUU, Smooby por parte de Francia, Playmobil desde Alemania y los pequeños y medianos productores italianos y españoles.

Un percance económico impidió a Feber salir a bolsa y tras él su astuto dueño la especializó en juegos de jardín y motos y vehículos electrónicos acabando así con todos los juguetes y muñecas que lideraban en la compañía.

Hasta aqui llega el camino de nuestra pequeña amiga junto a su familia Feber tras una larga y a su vez más que corta carrera como muñeca, convertida en juguete de culto para jóvenes y adultos.

Desde aqui te despedimos tal y como te mereces, exclamando al unísono que sigues viva allá dónde estés y que esperamos ansiosos tu vuelta y la de toda tu familia.

Hasta siempre querida Chabel.

A Chabel de Feber